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12.Feb.2014 / 09:58 am / Haga un comentario

Richard-Canán

Poniendo en práctica los lineamientos de los manuales fascistas, Leopoldo López y la extrema derecha venezolana, agrupada en el partido Voluntad Popular, han emprendido una peligrosa campaña de violencia, la cual, sin ningún tipo de rubor han llamado la Salida.

López ya ha dado la orden de calentar la calle. Olorosos a laboratorio de guerra sucia, las caras de los valientes sifrinos, resalta en medio de protestas sin sentido y sin pueblo, trancando arterias viales, con el único resultado cierto de colapsar el tránsito automotor y generando molestias en la población.

De allí no pasarán. Nadie va a caer en la provocación, ni va a atender el llamado de los violentos. El pueblo venezolano es, en su inmensa mayoría, un pueblo de paz y no acompañará al loquito de turno.

Por cierto que hay que recordar que este personaje es un dignísimo y puro representante de la oligarquía criolla. Fue activo promotor del Golpe de Estado del año 2002 y lideró a las turbas neofascistas que arrestaron ilegalmente al ministro de Interior y Justicia, Rodríguez Chacín durante el Golpe. Antes, cuando era un simple empleado impoluto de la meritocracia de PDVSA, gestionó una desinteresada y jugosa autodonación desde la empresa estatal petrolera hasta su “Asociación Civil Primero Justicia”. Luego, refundaron Primero Justicia como partido político de extrema derecha (Primero Justicia estuvo conformado en sus inicios por discípulos socialcristianos provenientes del partido COPEI, algunos de los cuales hasta le llevaron el maletín a Caldera y a Enrique Mendoza); y cuando no pudo tomar el control interno del partido, cambió de franquicia incorporándose a Un Nuevo Tiempo. Allí, tras un paso breve, donde tampoco pudo tomar el control de ese partido, fundó su propia franquicia, Voluntad Popular, de corte neoliberal, agrupando allí a la extrema derecha venezolana.

Recientemente Leopoldo López ha hecho pública la cruenta y diabólica fiesta de víboras de la oposición venezolana (sólo un quítate tú, para ponerme yo), demostrando lo que los resultados electorales han dicho una y otra vez: aún unidos por su odio contra Chávez y el pueblo revolucionario, la oposición nunca pudo vencer a la Revolución Bolivariana por la vía electoral. Ahora, divididos en irreconciliables facciones, guiados por la terquedad de sus egos y sus intereses económicos, mucho menos podrán acceder al poder político. El pueblo siempre los vencerá.

No quedan dudas de que esta derecha está ahora más dividida que nunca. Y ha quedado en evidencia la apuesta que jugarán en este año 2014: demostrar quién es el más violento, quién es el más radical, quién se anota primero en la búsqueda de la Salida expedita, supraconstitucional. Ya durante el Golpe de Estado de abril de 2002, el paro petrolero y la violencia y asesinatos de abril de 2013, la extrema derecha demostró que no tiene ningún escrúpulo en expresar su odio mediante la violencia.

Recordemos algunos pasajes escritos en artículo anterior (Fascismo: el metabolismo de la derecha amarilla. En Ciudad Petare, 18/09/2013) sobre los mecanismos cómo se expresa el Fascismo. Allí se observa claramente la hoja de ruta de estos desquiciados de la extrema derecha y cómo funciona la fórmula neofascista de calentar la calle:

El fascismo es expresión de las clases dominantes. Está estrechamente vinculada a la burguesía y al capital monopólico que ejerce distintos mecanismos y formas de dominación en lo ideológico, económico, político y cultural. El mercado es el que manda y mediante ella la burguesía defiende sus intereses de clase y persigue controlar los distintos niveles de poder político (desde la presidencia de la República hasta gobernaciones y alcaldías) a través de grupos totalitarios afines.

El fascismo no siempre se presenta con su cara demoniaca y sedienta de sangre, la mayoría de las veces se presenta con su cara angelical, sus guantes de seda y sus máscaras. Fachadas que le permiten construir un metarrelato de gerentes eficientes, de impolutos funcionarios o partidos políticos que vienen ungidos a salvar la patria. La verdad es que están conformados por logias corporativas, rancias oligarquías depredadoras y una clase media urbana envenenada por el discurso de odio (generador del miedo y del descontento social). Ellos no responden al interés de la mayoría del pueblo, sino a sus intereses de clase. No tienen miedo de pregonar la  desaparición del Estado, el libre mercado y la privatización de todo lo posible, de todo lo existente.

El fascismo pretende capitalizar y exacerbar el descontento social y la frustración de sectores sociales para ir sumando adeptos entre las masas. El plan de acción fascista instruye dos claros mecanismos: la generación de terror (te van a expropiar, te van a quitar lo tuyo, no vas a ascender socialmente) y la creación de eventos o situaciones puntuales de crisis financiera y económica, generando el descontento en la población mediante escasez, especulación, desabastecimiento, etc. La extrema derecha posee los medios: maneja el Capital, maneja la producción, la distribución y los puntos de venta.

Al igual que en América Latina, la extrema derecha amarilla venezolana ha aplicado a cabalidad este manual fascista: han generado violencia y terror participando en Golpes de Estado y disturbios en todo el país. Han violado normas legales, pactos y convenios internacionales. Han propiciado ataques y persecuciones sistemáticas a ciudadanos en sus hogares y lugares de trabajo. Sus hordas han realizado ataques a sedes de partidos políticos, centros hospitalarios y médicos cubanos. Además del uso de hordas de extrema derecha, han utilizado paramilitares y hasta mercenarios extranjeros. Han realizado ataques terroristas contra representaciones diplomáticas y han utilizado carros bombas efectuando asesinatos políticos.

La historia se repite, pero los fascistas no aprenden. El pueblo de Bolívar y Chávez defenderá su Revolución.

Richard Canan

Sociólogo

@richardcanan

 

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