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26.May.2014 / 12:43 pm / Haga un comentario

La coyuntura es la misma que se vive día a día desde el año 99. Un pueblo gobernando la Patria y otros apátridas siguen en su rol golpista, situación continuada, sostenida, siguen tercos por tomar Miraflores, otra vez. Pareciera que los últimos no están conformes con los pocos e importantes territorios que han logrado conquistar con votos. Aunque tienen bajo su mando algunas alcaldías y gobernaciones en el territorio Nacional están signados por dos grandes males en la mayoría de los casos. Los ineficientes que se olvidaron de sus votantes y ni para ellos gobiernan; espacios que terminan sumidos en el desgobierno casi absoluto donde por lo complejo, termina el Gobierno central tratando de atender necesidades que deben ser resueltas por ley por los gobernantes locales, quienes han demostrado estar interesados sólo en el poder Nacional, mientras los otros asumieron arte y parte de manifestaciones terroristas en lo que va de año. Financiaron grupos armados y asesinos e incurrieron en delitos de lesa humanidad; esto pudiera ser una descripción breve de la Revolución y la involución frente a los caminos democráticos, significando lo mismo.

Avanzan mientras retroceden y viceversa, aunque pudiera interpretarse como estancamiento que en la práctica política no lo es, consiste más bien en un juego cada vez más maquiavélico por tomar el poder con viejas y nuevas recetas que dejan ver sus propias costuras. Como decía mi abuela “cuando vas a comprar harina, ya te tengo las arepas hechas”. A todas luces darle una patada a la mesa de diálogo les servirá de excusa para enfilarse otra vez hacia el descontrol antidemocrático, conducta que poco ayuda a los trastornados ya (enfermos clínicamente) por las contantes alienaciones con mensajes sembrados aunque no comprobados sobre la situación, supuesta, que viven.

Cientos de venezolanos y venezolanas que creen como cierto que hay presos políticos, que la mayoría de los terroristas detenidos son estudiantes y sólo estudiantes, que están segurísimos que la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) es represiva y que el gas lacrimógeno no es utilizado de forma preventiva sino que coarta el derecho a delinquir y por ende los maltrata. Esos son su ejército para tratar de no dejar morir esa matriz como opinión pública en sus sectores. Saben que no existe forma alguna de salir del Gobierno legítimo que hoy insiste en el diálogo, comprobaron además que la llama de las candelitas que encendieron se apagaron por sí solas, quién sabe si por una orden superior, imperial, que haya determinado la insostenibilidad económica de esas células poco efectivas. Les quedan dos caminos, el del diálogo del que intentan huir y el democrático a través del voto. El segundo es más largo y más difícil y hasta casi imposible pero, es el camino.

Otro fenómeno que nos distingue es el hecho del liderazgo en unidad, nadie sabe más de esta práctica que los humanistas y revolucionarios que elevaron el estado de conciencia para poder entre muchos sostener en los hombros un proyecto político y no parcelas de poder. Mientras nosotros apoyamos de forma irrestricta a nuestro presidente Maduro y el liderazgo de nuestra dirigencia Nacional, regionales y locales, los de la acera del frente continúan persistentes en competir por la silla presidencial y el resto por las parcelas que les garanticen continuidad individual o de su colectivo político como individualidad en ese mar de pirañas. Chávez les recomendaba de forma certera la clave para que avanzaran hacia el éxito o que por lo menos se comportaran como una oposición seria; les reiteraba incansablemente que su debilidad era nuestra fortaleza: la unidad verdadera.

No hay que ser adivino para asegurar fehacientemente un alzamiento pronto del sector de la derecha y otra derrota temprana. Ambas cosas coinciden precisamente y para desgracia del sector adverso, con el III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela, donde lo que se escucha de parte de ese ejército rojo, armado de valores e ideología es la profundización de la Revolución, la radicalización y aceleración de los cambios para la concreción definitiva del Estado socialista, además del reconocimiento irrefutable de la figura de Maduro como líder irrebatible de este momento histórico del proceso por estar al frente de los destinos de la Patria junto a la dirigencia que lo acompaña, los mismos que junto a Chávez cabalgaron de victoria en victoria en todas las batallas que se presentaron. Valga decir que aunque se les reconozca a  los de la derecha como gobernantes en algunos territorios, no podrá detenerse la oleada fortalecedora del liderazgo chavista en el país y del reconocimiento hacia Maduro una vez más por el pueblo. Sería esto una derrota más a los intentos golpistas de siempre, por ello valga repetirles que el único camino para salir del chavismo como expresión política es el democrático  y no las pretensiones de pactos, son los votos y no el golpismo y faltan 5 años para las elecciones presidenciales, prepárense y observen cómo se avanza cuando los dejan gobernar.

 

Jhonathan Sánchez

Periodista

 

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