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17.Sep.2014 / 10:29 am / Haga un comentario

Basura OcarizQue sabroso es comerse una arepa de queso rallado, si el queso es llanero, mucho mejor dirá la mayoría. Este artículo no tiene ninguna intención culinaria, sin embargo quiere destacar las malas prácticas y mañas del alcalde de la derecha amarilla que desgobierna el municipio Sucre. Ocariz es especialista en «desvanecer» el presupuesto municipal y ni hablar de los recursos que deben destinarse a las comunidades.

Como ya sabemos, los neoliberales no creen que el pueblo tenga la capacidad de decidir su destino y mucho menos que sea capaz de ejecutar sus propios proyectos. Es así, como por un saludo a la bandera y por obligación legal, Ocariz destina un monto mínimo del presupuesto municipal a las comunidades. Luego ese monto lo divide y subdivide entre varias comunidades. El resultado es la ínfima disponibilidad de recursos, lo que imposibilita ejecutar proyectos estructurales que solucionen los problemas más urgentes de las comunidades.  Es evidente que Ocariz “asigna” pequeños montos sin evaluar las necesidades y los verdaderos costos de los proyectos. Este es el queso rallado: entregar míseras limosnas al pueblo petareño.

Este mismo modus operandi lo aplica el desgobernador de la derecha amarilla, Capriles Radonsky. Es así porque ellos no creen en el pueblo. No creen que la comunidad sea capaz de autogestionarse y de satisfacer sus propias necesidades. Miran al Poder Popular con la nariz tapada, con recelo y distancia. Para ellos es una horrorosa obligación tener que compartir el presupuesto de sus instituciones con el pueblo organizado.

Las evidencias hablan por sí solas. Esta gente ha inventado infinidad de fórmulas y mecanismos para evadir lo establecido en las leyes y cumplirle al Poder Popular. Un estruendoso ejemplo es la Fundación para el Desarrollo Integral de los Servicios Públicos del Municipio Sucre (Fundasucre), la cual en vez de financiar directamente a todos los Consejos Comunales, se ha destacado por financiar a Asociaciones Civiles y ONG, las cuales son registradas, en algunas ocasiones, con nombres parecidos a los del Poder Popular. Por lo que en la mayoría de los casos, los recursos no van a los Consejos Comunales (instancia natural y legítima de gobierno local) sino que se desvían a Asociaciones Civiles dirigidas por personas afines a los colores amarillentos de la alcaldía de Sucre. Recordemos que una Asociación Civil, es una figura jurídica por medio del cual dos o más personas deciden asociarse para desarrollar un fin común. Es de derecho privado, se lleva un documento al Registro (casi que como traspasar un carro o un apartamento), nadie los elige ni vota por ellos, y sus fines y proyectos están determinados por sus propios intereses y no por lo que decida o apruebe la comunidad. Esta gente de las Asociaciones Civiles del alcalde Ocariz tampoco le rinden cuenta a nadie.

Fundasucre reconoce descaradamente, en su programa Rumbo Propio, que el Presupuesto Participativo es una herramienta para que las comunidades puedan generar soluciones junto con la Alcaldía del Municipio Sucre… pueden participar principalmente las comunidades organizadas a través de consejos comunales, asociaciones de vecinos o civiles…”. Esta es una inmensa “ventana” que le da total discrecionalidad al alcalde Ocariz, para excluir y obviar olímpicamente a los Consejos Comunales que no son afines a su causa política, entregando los recursos de la alcaldía a su antojo y discreción.

Otro terrible detalle que se observa en la gestión del alcalde amarillo, es lo pírrico de los recursos que se destinan a las comunidades dentro del presupuesto total de la alcaldía. Así por ejemplo, en el ejercicio fiscal 2013, la Alcaldía de Sucre tuvo un presupuesto inicial (sin los créditos adicionales que le asignó por ley el Gobierno Bolivariano) de Bs. 2.205.769.545,00 (Gaceta Municipal 263-12/2012 del 19 de diciembre de 2012), pero a Fundasucre para realizar los aportes a las comunidades, a través de la partida de transferencias y donaciones (407) solo le asignó la ínfima cantidad de Bs. 47.380.448,00 (Gaceta Municipal 031-02/2013). Esta cifra representa un miserable e insólito 2% del total de los recursos de que dispone la alcaldía, evidenciando la mínima prioridad y atención que le da el alcalde a los proyectos e iniciativas de las comunidades.

Esta lógica de elaborar y distribuir el presupuesto municipal, genera la evidente imposibilidad de atender eficientemente las necesidades de los cientos de barrios y comunidades del Municipio.

Al final el alcalde Ocariz, divide el presupuesto, bajo la lógica del queso rallado, en migajas, migajitas y microscópicas migajitas, otorgando a algunas “privilegiadas y bien seleccionadas” comunidades recursos para la ejecución de “megaproyecticos” de 120.000,00 o 150.000,00 bolívares. Cifras irrisorias en relación a las necesidades de la gente y a la opulencia del gasto que ejecuta el alcalde en vallas publicitarias, promocionándose egocéntricamente por encima de las necesidades de las comunidades.

Según la lógica de los gobernantes de la derecha amarilla (Primero Justicia) no hay posibilidad de que la comunidad ejecute obras de envergadura, obras que realmente solucionen sus problemas de agua potable, aguas servidas y drenaje de lluvia, vivienda, etc.

Por más insólito que parezca y como guinda para la torta, existe la costumbre de la alcaldía de “orientar” a algunas comunidades a destinar los recursos del Presupuesto Participativo a obras que son competencia de la alcaldía. Un patético ejemplo está en el fructífero negocio de la construcción de aceras (especialidad del alcalde amarillo). ¿Cómo va a ser la construcción de aceras (en muchos casos por donde nadie pasa) una prioridad para las comunidades? Pues este es el verdadero negocio del Alcalde. Desde enero han demolido kilómetros de aceras dentro del municipio. No hay patrullas, ni agua, ni camiones recolectores de basura, pero si hay dinero para el concreto. Que sospechoso.

Entre las falacias del alcalde Ocariz ya mencionamos su obsesión por las vallas publicitarias. Inmensos mamotretos (una mentira cada ocho horas) anuncian en todas las esquinas sus “ingentes” obras, pero la realidad es que no hay proyectos estructurales, nada de obras trascendentales que atiendan las necesidades de los habitantes de uno de los municipios más grandes y populosos del país. Cada valla con la cara del alcalde es mucho más costosa que las propias obras que dice ejecutar, y que en la mayoría de los casos no pasa de una “pinturita”, una escalera que él dice que va para el cielo, pero donde la gente no tiene agua, no le recogen la basura y las aguas servidas pasan por el medio de la calle. Que fútil e imprecisa la puntería del alcalde al elegir objetivos y prioridades que no solucionan nada de lo que requiere el pueblo.

Como no existe una Contraloría Municipal eficiente, tampoco nadie se ha abocado a investigar que dentro de las falacias y desvaríos del alcalde, se atribuye obras que supuestamente construye él y resulta que son hechas por empresas privadas, no sabemos a cambio de qué. Repugnante pero cierto, empresas de seguros, empresas lácteas, etc., hacen las obras y luego el sinvergüenza del alcalde Ocariz se da colita solito, diciendo que él hizo la obra. Así cualquier gerente dice que es eficiente. Más descarado no puede ser.

Estos alcaldes sifrinos de Primero Justicia son todos iguales, no comen arepas con queso rallado como el pueblo. Ellos prefieren los canapés finos y los croissants, los que en su vida dispendiosa y sibarita siempre han procurado a costillas del pueblo humilde.

Que falta de respeto para con el pueblo petareño!!!

Richard Canan

Sociólogo

@richardcanan

 

 

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