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11.Nov.2014 / 10:44 am / Haga un comentario

maxresdefault---Una vez que los personeros oposicionistas del país le dieron una patada a la mesa del diálogo entre el Gobierno y los factores de la derecha, salieron pocos a lamentar dicha parada, los otros simplemente se plantearon cambios internos para arreciar su lucha en nuestra contra, pero para todos resultó un avance sustancioso el hecho del reconocimiento del otro en sus espacios de Gobierno, sin decirlo, algunos que negaban la legitimidad del presidente Maduro terminaron reconociéndolo en esta dinámica, aunque fue éste el primero que dio muestras del carácter democrático de la Revolución y su gobierno al convocarlos tempranamente a todos a dialogar sobre los problemas más importantes del país, a planificar acciones en temas de seguridad y cuando los sigue convocando permanentemente ante el Consejo Federal de Gobierno. No cabe duda entonces de qué lado están las intenciones del trabajo mancomunado, aunque estemos en aceras políticas e ideológicas opuestas. Sin embargo, este hecho democrático no se traduce en la aceptación plena y silenciosa de las conductas inapropiadas de los dirigentes de la MUD y mucho menos de la dejadez que muestran los de su agrupación, que hoy ocupan cargos de elección popular en alcaldías y gobernaciones.

Capriles es uno de los peores ejemplos de lo que es un mal gobernante regional, su gobierno es inexistente desde hace 5 años, no hay obra visible alguna que pueda rescatarse como ejemplo de una gestión medianamente eficiente. Aunque gramaticalmente parezca incorrecto el planteamiento que denomina como “desgobierno” la situación que se vive en el estado bolivariano de Miranda, es en la práctica absolutamente válido y real. Ese término describe de forma general la práctica del gobernador de Primero Justicia: no gobierna. Por el contrario ─como ya lo he dicho en otras ocasiones─ vive sumido en su candidatitis y comportándose como un dirigente nacional de facto, y no se ocupa en lo absoluto del estado donde fue electo, además asume como sus adversarios más relucientes al Presidente y su gobierno, y a Elías Jaua por haber sido su contrincante directo, al igual que Maduro.

Henrique atraviesa una coyuntura difícil en su carrera política porque, aunque se haga ver como líder de la oposición venezolana ante los ojos del mundo, en su estado, según resultados de las recientes encuestas, tiene un 72% de valoración negativa sobre su gestión, hecho que desdice y desmonta moralmente su aspiración utópica. Recientemente decidió adoptar la práctica más recurrente de su compañero de partido Carlos Ocariz, contrató servicios de marketing, acaba de pagar una campaña publicitaria para decir que hace lo que no hace. Como un humilde comunicador, me atrevo a aseverar que mal gastó el dinero de los mirandinos y mirandinas en una causa muy mal planteada y que les enumero las razones a continuación:

1) Las vallas publicitarias están presentes no sólo en espacios del estado Miranda sino que traviesan Caracas, al municipio Libertador, gesto que demuestra el inmenso desespero que tiene Capriles por intentar levantar la percepción sobre su nombre.

2) El contenido de las vallas muestra planteamientos políticos sobre planes de gestión que son, en líneas generales, las atribuciones constitucionales de cualquier gobernador. Quizás por el mismo desespero y llevados por la improvisación que éste produce, no muestran ni una sola cosa que vincule el contenido de esa política con la gestión de Capriles como gobernador.

3) En ninguna de las vallas se muestra al menos una obra del gobierno regional.

4) En ninguna de las vallas se habla sobre la seguridad en el estado, como si esa no fuese una de sus competencias.

Si yo fuese un Radonski que quisiera a Miranda, en lugar de poner en marcha una campaña de mentiras, me concentrara en resolver los problemas de los mirandinos, comenzaría a ejecutar obras públicas, de vialidad, a reparar escuelas, a reivindicar los salarios de maestros y trabajadores dependientes de la gobernación, reinventara la policía estadal, gobernara. Pero el señor en cuestión no coge consejos por soberbia. Si yo fuese un Capriles más atrevido y aguerrido, resteado y moralmente correcto, renunciara al cargo de gobernador pidiéndoles perdón a los habitantes del estado.

La suerte de los mirandinos y mirandinas está echada en manos del Gobierno Revolucionario porque nada sensato puede venir de su gobernador, más que gastos suntuarios en publicidad para venderse como el candidato eterno a presidente de la derecha venezolana.

Por otro lado y refiriéndome a otro gobernante del mismo partido, Carlos Ocariz se conduce al mismo despeñadero político de su compañero y precisamente por razones similares, la pronunciada ineficiencia. No basta con que sea el mismo Tribunal Supremo de Justicia el que le ordene cumplir con sus competencias como alcalde, sino que tuvo que cerrar con broche de oro su circo frente a las instalaciones del tribunal y burlarse una vez más de los habitantes del municipio Sucre, porque este señor se llevó a los trabajadores de la alcaldía que les son adeptos, uniformados y con carteles prefabricados, con sus directores y presidentes de entes a cargar las cajas del show sobre unas supuestas firmas que no pidió el tribunal. Recordemos que la sentencia ordena de forma explícita cumplir con varias competencias que han sido descuidadas por el alcalde y se le otorgaron 20 días para rendir un informe sobre la ejecución de la sentencia en ese plazo y presentar un plan de atención periódica y constante de dichas órdenes. El alcalde, por el contrario, al mismo estilo del marketing desgastado montó su espectáculo dejando varios cabos sueltos, porque vale decir que de ser cierto que llevó firmas para refrendar no sé qué, en una caja cabe desde una hoja hasta 10 mil hojas, por lo que esto demuestra que una vez más no fue más que una excusa mediática para no asfaltar las calles, para no recoger la basura y no garantizar la sanidad ambiental en el municipio. Su destino político parece estar terminando de escribirse por su práctica como alcalde y vocero de su partido.

Si yo fuese un Ocariz que reflexionara, sólo bastara con cumplir la sentencia del TSJ para comportarme más o menos como un alcalde de verdad. Si fuese un Ocariz honesto, que por lo menos tuviera algo de vergüenza, renunciara al cargo de alcalde y me dedicara a ser presentador de televisión o creara una agencia de publicidad.

No es necesario ser adivino para predecir el destino de los dirigentes del partido Primero Justicia en el corto o mediano plazo. Los espera ser ante la opinión pública, así como sucedió con AD y COPEI en algún momento en Venezuela y como le está sucediendo al PP en España, una raya moral en la sociedad, una vergüenza formar parte de esa tolda política porque detrás hay una estela de ineficiencia y corrupción por quienes han sido sus actores principales desde su nacimiento hasta ahora.

 

Jhonathan Sánchez

Periodista

@jhonathansanche

 

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