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17.Dic.2014 / 03:13 pm / Haga un comentario

InjerenciaSin desperdicio. Nuevamente la doble moral y las virulentas amenazas del imperio norteamericano se ciernen sobre Venezuela. Un nuevo intento de injerencia. Los halcones norteamericanos han desplegado todas sus garras para intentar de destruir y acabar de manera violenta con la Revolución Bolivariana. Nunca pudieron con el Comandante Chávez, quien derrotó, con maestría y astucia, todos los planes y conjuras que en su contra y en contra de nuestro pueblo implementaron y pusieron en práctica desde el imperialismo norteamericano. Pero esta gente nunca descansa, sus lacayos, sus agentes terroristas, sus banqueros y especuladores financieros, sus editores mediáticos, sus lobistas y sus asesinos han continuado permanentemente en su infausta tarea de hostigar y agredir a la Revolución.

Pensaron que con la desaparición física del Comandante, todo se derrumbaría y ellos entrarían triunfantes en Miraflores a restaurar el gobierno de la rastrera burguesía. Este tiempo ha demostrado que un pueblo heroico y consciente sigue, sin descanso, defendiendo el legado del Comandante Chávez.

Ahora nos enfrentamos a un nuevo episodio en las prácticas intervencionistas e injerencistas del imperio norteamericano. En pleno siglo XXI, sorprende que en su libreto de acosos y ataques a los pueblos libres, soberanos e independientes del mundo, pongan a un par de patéticos congresistas a pegar gritos histéricos en contra Venezuela. Los chiflados y anacrónicos senadores Robert Menéndez (Demócrata de Nueva Jersey) y Marco Rubio (Republicano de Florida), parecen como salidos de una escena psicodélica de Alicia en el país de las maravillas (la versión de Tim Burton). Esta gente no pasa de ser unos peones de la mafia de dinosaurios gusaneros mayameros y de los grupos de extrema derecha neoconservadora y radical que pulula en el imperio norteamericano y cuyas miserias y ambiciones de poder solo son superadas por su frenético deseo de ponerle las garras a nuestro petróleo.

El acoso o más bien la nueva comiquita del imperio norteamericano, ha llevado a la Cámara de Representantes de Estados Unidos a “aprobar un proyecto de ley con sanciones a funcionarios venezolanos por presuntamente haber violado derechos humanos” durante el intento de “Salida” violenta que impulsó Leopoldo López a principios del año 2014. Estos desvergonzados y pérfidos senadores no hablan o mencionan por ningún lado las inocultables torturas, violaciones a los derechos humanos y de casi todas las normas internaciones ocurridas en el “campo de detención de Guantanamo” por parte del gobierno norteamericano (por fin los gringos han podido emular a los nazis teniendo su propio campo de concentración). Aquí el imperio norteamericano tuvo el descaro de “crearse”, a su medida y conveniencia, un limbo jurídico y territorial para así “mantener a ciudadanos no estadounidenses bajo custodia indefinida y sin cargos”. Que demócratas y defensores de los derechos humanos son éstos que cuando les da la gana no se ciñen a ley alguna, ni siquiera a los propios derechos contemplados en la Constitución y en las leyes norteamericanas. No mencionan los deschavetados senadores los cruentos crímenes y docenas fosas comunes en el narco estado de Guerrero en México. No hablan de los miles de muertos, heridos, desplazados, daños colaterales (como ellos vergonzosamente llaman a los asesinatos de mujeres y niños inocentes), generados por  sus torpes y criminales acciones en Afganistán, Libia, Siria e Irak. Un largo y penoso reguero de sangre y destrucción, el cual se genera invariablemente en todos los lugares donde Estados Unidos pretende imponer su peculiar modo de “democracia”: desestabilizar, acosar, bloquear, invadir, atacar y destruir a los pueblos. Este es el mayor logro de la política internacional del imperio norteamericano, por donde pasan o intervienen los gringos, corren ríos de sangre y más nunca vuelve la paz.

En algún lado, dando tumbos como una pelota de pintball, se supone que está un tal llamado Presidente Obama, “dirigiendo” la política exterior de su país. No hay dudas de que ya Obama es el premio “Nobel de la Paz” con más sangre en sus manos. Ponemos comillas y negritas sobre el término Nobel porque no entendemos cómo se ganó este premio, en base a qué, y lo peor es porqué nadie ha hecho nada para despojarlo de este inmerecido premio, que de verdad ofende a los millones de hombres y mujeres que, sobre este planeta, bregan diariamente por la paz mundial. ¿Cuántas muertes y violaciones a los Derechos Humanos tiene Obama en su haber? ¿Cuántas guerras, invasiones y golpes de Estado ha autorizado y dirigido Obama? ¿Quién sancionará a este funesto “Nobel de la Paz” por las graves violaciones a los Derechos Humanos en Guantánamo? Obama ha continuado y mantenido invariablemente el esperpento de la política exterior norteamericana: el Gran Garrote (Big Stick). Que desvergonzada doble moral.

Obama debería ocuparse más de sus asuntos domésticos. Debería pasearse por las zonas más pobres y humildes de Estados Unidos. Debería ir a Ferguson (Misuri) y empezar a tomar acciones contra los crímenes y asesinatos raciales, contra el odio al interior de su propio pueblo. La violencia, las inequidades y las injusticias en Estados Unidos son cada vez más evidentes e inocultables. El “Sueño Americano” es un fraude para la inmensa masa trabajadora, la cual es expoliada, explotada y exprimida por las grandes corporaciones y grupos de poder. Lamentablemente, el mayor objeto de odio y discriminación son los pobres: los afroamericanos y los latinos. Ni hablar de los graves casos de violencia y asesinatos en las escuelas, los cuales son recurrentes y cobran docenas de vidas todos los años. De esto no se ha ocupado el Presidente Obama.

Bueno, del Presidente Obama no podemos esperar demasiado. ¿Qué más puede hacer? Él es esclavo de la logia dominante, de los halcones del imperio norteamericano, de los banqueros, de las corporaciones. No tiene mucho margen de maniobra para salirse del libreto que debe seguir.

Sin embargo, el pueblo norteamericano está conmocionado y un día de estos perderá la paciencia y se empezará a preguntar cómo hay tanto dinero para armas inteligentes, para espiar, invadir y matar gente al otro lado del mundo, y por qué no se pueden evitar las matanzas en sus propias escuelas, en sus calles y ciudades. Por qué no hay dinero para el Medicare y sí lo hay para financiar golpes e invasiones.

Volviendo al Estados Unidos imperial, el que todos los años amenaza y destruye la paz mundial, parece haber perdido totalmente la brújula y la ecuanimidad en su comportamiento y en su política internacional. Estados Unidos ya no posee la hegemonía política, ya no tiene la capacidad para generar relaciones de respeto e igualdad con otros pueblos. Ahora los halcones norteamericanos saben que lo que no pueden imponer por su mafioso poder corporativo y financiero, lo pueden imponer por el poder de las armas (ya no de Marines y bayonetas, sino de drones y misiles).

Don Obama-Guantanamo junto a su inmoral gobierno, pretende rasgarse las vestiduras pidiendo la libertad de su “agente” más avanzado en Venezuela, el “monstruo de Ramo Verde”, Leopoldo López. Con su acostumbrada doble moral, con su ligereza y sin escrúpulos, el imperio omite que la “Salida” violenta que dirigió e impuso López, para incendiar el país y tomar por asalto el poder, generó 43 muertos y más de 850 heridos, muchos de ellos de gravedad y con secuelas permanentes. Leopoldo López pretendió imponer su “Salida” democrática con francotiradores, con guayas asesinas y con acciones terroristas. Que aventajado salió este discípulo de los halcones norteamericanos.

En este mundo al revés, a asesinos como Leopoldo López, la putrefacta moral norteamericana le asigna aureolas angelicales, licencia para matar y permiso para violar constituciones.

Con absoluta claridad y consciencia el pueblo venezolano y todas las víctimas de Leopoldo López, claman por justicia, que pague con cárcel todos sus crímenes de odio.

Una vez más, nuestro pueblo heroico y combativo repudia con contundencia, dignidad y gallardía, el oprobioso y vergonzoso intervencionismo del imperio norteamericano.

Richard Canan

Sociólogo

@richardcanan

 

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